Exposición Homenaje Ignacio Berriobeña Elorza

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La exposición, que se inaugurará el próximo jueves 12 de enero de 2017, será la primera del pintor tras su fallecimiento el pasado 16 de marzo. En ella se recogen cuadros de toda su carrera y una serie de tablillas de dimensiones reducidas de su última época.

Ignacio Berriobeña, artista madrileño, poseedor de un gran número de premios, entre los que se encuentran el Premio Duran de pintura en el año 1988 o el Premio Goya de pintura, en el año 1992, fue catedrático de Grabado en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y posteriormente en el año 1987 ganó la cátedra de Dibujo al Natural en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Aquí finalizó sus días como docente a los 70 años de edad, tras 42 años en la enseñanza universitaria.

Su carrera como artista comenzó fundamentalmente con grabados, en donde ya se contemplaba un mundo singular con personajes a medias entre personas y pájaros. Estos personajes con cuerpos humanos y rostros semejantes a pájaros, que luego han ido derivando a un imaginario más amplio, le han acompañado en toda su carrera, y han hecho que su obra sea una mezcla entre los sencillo y mundano y la imaginación y el sueño. A pesar de sus comienzos con el grabado, su técnica más habitual siempre fue el óleo, ya sea en lienzo o en tabla.

Catorce exposiciones individuales le avalan, así como innumerables colectivas y obras en museos, como el de Arte Contemporáneo de Madrid, el de Arte Contemporáneo de Sevilla o la Calcografía Nacional de Madrid, entre otros.

Su obra siempre estuvo abierta a la interpretación, en sus propias palabras "Es difícil que el contemplador perciba todos los ecos del sentimiento del artista, acaso sólo sean una parte del murmullo de éstos, siendo suficiente para ser atrapado y hacer partícipe al contemplador de la intencionalidad del pintor; es entonces cuando empieza ese juego de búsqueda entre ambos. Generalmente, en ese momento, se entra en un estado receptivo y el cuadro empieza a hablar transmitiendo sensaciones al espectador y éste, a su vez, dialoga con ellas. Cuando se mezclan entre sí los ecos del cuadro con los sentimientos del contemplador y éstos se fusionan, se produce la emoción de la comprensión."